jueves, 1 de noviembre de 2018

Fusión de violeta y amarillo




Todo ha sido tan tu sin querer serlo, mi cielo, mi suelo, mi infierno, mi infierno, infierno…trato de recordar el motivo que en nuestro camino nos hizo dejarnos, alejarnos, soltarnos, no…soltarnos no, sabes muy bien que eso nunca pasó, ¡nunca! así tus ojos hayan mirado otros ojos, así mis manos hayan tomado otras manos, tu anidaste en mi interior y yo en el tuyo entretejiendo entre tus arterias lazos irrompibles unidos a mí con puntos ensangrentados que una vez secos sellaron con más perpetuidad que el mismo concreto mi unión a ti.


Tantas palabras nacieron en nuestros corazones hacia el otro, palabras que el viento no pudo llevarse y que de alguna extraña manera jugaron con nuestro destino y se encargaron de salir a flote como quien se sumerge hasta la profundidad del mar y en un desesperado esfuerzo por no morir sale a la superficie por oxígeno.

¿Será que hay más?...más de lo que juntos imaginamos, cosas que aún no hemos creado en el ritual nocturno al ritmo de la luz de las velas danzando con hondas hipnotizantes, las mismas que ambos, juntos, adheridos dibujamos, momentos en los que las palabras ya no son el lenguaje empleado, es tu mirada otra vez en la mía, es tu respiración alternándose para poder llenar mis pulmones con ella, son aromas exquisitos que refrescan mi memoria no siendo los mismos que antes nos deleitaron, son nuevos, somos nosotros pero con un grito callado diciendo “no me dejes”.

No te pierdas, no te vayas…yo no me iré, permaneceré como he permanecido cada uno de los días que conformaron ese tiempo en el que mis labios no tocaron los tuyos sin embargo, entre mis sueños, entre mis sábanas, entre lo que veía y lo que no te encontraba y te abrazaba aferrándome a ti, aferrándome a la idea de no dejarte ir.

A pasos delicados avanzamos, estando frente a frente, estando arriba y abajo, con mucho cuidado pues ya sabemos que el camino a veces es pantanoso y precipitado, no podemos darnos el lujo de correr, solo un paso a la vez puesto que la vida nos ha sorprendido, no nos había olvidado, solo nos había distraído, no había acabado con nosotros, solo nos mantenía adormitados aguardando el momento, jugando y moviendo sus fichas en este tablero que no es ni redondo ni plano sino que viéndolo bien empieza con tu sonrisa y termina con la mía.

¿Será que hay más?

Lo hay.

Violette.